La Alimentación Basada en Plantas nos puede ayudar a prevenir la enfermedad de Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer (EA) es la forma más común de demencia (entre 60% y 80% de todos los casos). Afecta a más de 40 millones de personas en todo el mundo y a un 40% de la población mayor de 60 años. Su prevalencia se duplica cada cinco años después de los 65 años. En Chile existen más de doscientas mil personas con EA.

En ella existe una disminución acelerada de la memoria que interfiere con la calidad de vida de la persona, lo que genera una carga importante en los pacientes, por los años de salud perdidos por discapacidad y mortalidad prematura, y carga para los cuidadores (mayor carga a mayor gravedad).

Las causas de la EA incluyen factores genéticos, ambientales y de estilos de vida,  que generan inflamación cerebral, pérdida de comunicación entre neuronas, muerte neuronal y reducción de las áreas afectadas del cerebro, es por ello que se va perdiendo la capacidad cognitiva y física. 

Dentro de los factores de riesgo no modificables de la EA se encuentran: edad avanzada, sexo (en mujeres es dos veces más frecuente que en hombres), susceptibilidad genética y estado de apolipoproteína E. 

Los factores de riesgo modificables son: diabetes, depresión, obesidad, tabaquismo, hipercolesterolemia, hipertensión arterial, inactividad física, bajo nivel educativo y alimentación poco saludable. 

La nutrición juega un papel crucial en el mantenimiento de una función cerebral adecuada a medida que envejecemos. La alimentación basada en plantas (ABP) ayuda en la prevención de EA, al ser rica en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos y semillas. Se asocia con prevención y retraso del deterioro cognitivo, pues incluye niveles bajos de grasas saturadas y colesterol, lo que contribuye a un perfil saludable de lípidos en sangre. Es rica en fitonutrientes, vitaminas, antioxidantes, que protegen de la degeneración neuronal mediante efectos antiinflamatorios y prevención del estrés oxidativo, y aporta fibra dietética, que es alimento para las bacterias del microbioma intestinal que influyen en la salud del cerebro y evitan la neuroinflamación. Un microbioma intestinal equilibrado está relacionado con un envejecimiento saludable. 

El microbioma intestinal de los pacientes con EA tiene una composición diferente y menor diversidad en comparación con el de personas sin deterioro cognitivo. Las interacciones entre el intestino y el cerebro están mediadas por el sistema nervioso o por sustancias químicas que cruzan la barrera hematoencefálica. Un microbioma intestinal desequilibrado (disbiosis) puede contribuir a la progresión y exacerbación de la EA (activación inmune, inflamación sistémica, agregación de beta-amiloide y resistencia a la insulina en periferia y cerebro). 

Una ABP saludable es beneficiosa para la salud cognitiva y puede desempeñar un papel en la prevención o mitigación de los síntomas de la EA. Es un cambio de estilo de vida beneficioso y de bajo riesgo para abordar el mantenimiento de la salud cognitiva.

Miren Armendariz, Nutricionista especialista en Alimentación Basada en Plantas

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